La Dra. Silvina González-Rizzo, profesora-investigadora en la Universidad de las Antillas (Francia) y miembro de la Red de Investigación México-Francia, forma parte de un equipo internacional de científicos que ha descubierto una bacteria observable a simple vista en un manglar de la isla francesa de Guadalupe.
En esta entrevista, nos habla de este descubrimiento, pero también de cómo percibe la cooperación universitaria y científica entre México y Guadalupe.

  • ¿Cuál ha sido su trayectoria?

“Inicié haciendo una licenciatura de Biología en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Después, gracias a una beca del CONACyT, realicé un Diplôme d’études approfondies[1] y mi tesis de doctorado en la Universidad de Paris 11[2], en biología molecular de plantas. Más tarde, hice un primer postdoctorado en la misma área de estudio, en la Universidad del estado de Iowa, en Estados Unidos, y luego un segundo postdoctorado en la Universidad de las Antillas en Guadalupe en donde obtuve, en 2010, una plaza permanente de Maître de conférences o profesor-investigador.”

 

  • ¿Porque eligió Francia para cursar sus estudios?

“De entrada, cuando era estudiante, me encantaba el idioma francés, lo había estudiado un poco en la preparatoria. Además, cuando realicé mi tesis de licenciatura sobre la interacción planta-bacteria, en el laboratorio de la Dra. Esperanza Martínez-Romero que, de hecho, en 2020, recibió el Premio L’Oréal-Unesco de “Mujeres en la Ciencia”, le comenté que quería hacer un doctorado en la misma área de investigación y me propuso que postulara a uno de los laboratorios líderes en este tema que se encontraba en París.

Entonces, se juntaron las dos cosas. Yo quería irme al extranjero, sabía que era importante formarme fuera – así estábamos un poco formateados en esa época – pero con la idea de volver. Pedí la beca CONACyT; me la dieron, y tuve una suerte increíble de hacer un doctorado con dos investigadores (una codirección) que me formaron maravillosamente y con una estructura excelente.”

 

  • ¿Me podría hablar del proyecto de investigación en el que ha estado involucrada?

Claro, pero antes me gustaría plantearte un poco el contexto. En el transcurso de mi carrera científica, tuve la oportunidad de trabajar con distintos modelos de estudio, desde plantas, animales y ahora bacterias. Entonces pareciera que estudié cosas muy distintas, pero siempre con un denominador común, que consiste en entender cuáles son los mecanismos moleculares de un organismo para adaptarse a su entorno, a su medio ambiente.

Actualmente, mi proyecto de investigación es sobre la diversidad de microorganismos que habitan en el ecosistema de manglar, y en particular sobre las bacterias gigantes que viven en este ecosistema. Cuando llegué al laboratorio, habían encontrado un filamento muy largo, del tamaño de una pestaña, pero no habían identificado qué tipo de organismo era. Participé entonces en la identificación molecular de este organismo, y la gran sorpresa fue que se trataba de una bacteria gigante. Debido a su gran tamaño celular, el cual puede alcanzar hasta 2 cm de longitud, pero, sobre todo, a la presencia de “organelos” unidos a la membrana en donde se encuentra el material genético, puede ser considerada como la primera y única bacteria que tiene hasta la fecha esta capacidad, desafiando así el concepto de célula bacteriana. Esta bacteria denominada Thiomargarita magnifica, se suma a la lista de bacterias que han evolucionado a un nivel mayor de complejidad. Para darle una idea de lo grande que es, es como si un humano de tamaño normal se encontrara con otro humano del tamaño del Monte Everest.

Tiene características extraordinarias, como el tamaño de su genoma, por ejemplo, el cual es prácticamente igual que la levadura, y todavía esconde muchas sorpresas. Esta bacteria es visible a simple vista; y la puedes ver y agarrar con una pinza. Este trabajo generó mucho interés en la comunidad científica y fue publicado en la revista Science.

Además, el descubrimiento de esta bacteria sugiere que otras bacterias gigantes y complejas pueden estar “escondidas” a simple vista.
Al mismo tiempo, tengo otro proyecto de investigación, en colaboración con el Instituto de biotecnología de la UNAM en Cuernavaca, sobre otro tipo de bacterias gigantes que forma tapetes microbianos en la superficie de los sedimentos marinos del manglar en Guadalupe. En este trabajo queremos conocer si los tapetes microbianos pueden servir como bioindicadores de la salud y equilibrio de este ecosistema, puesto que aparentemente su formación está ligada a un gradiente de antropización.”

 

  • ¿Qué papel ha desempeñado la cooperación internacional en el marco de este descubrimiento?

“La cooperación científica fue esencial en este descubrimiento, ya que permitió publicar este trabajo en una de las revistas más importantes a nivel científico. Para este proyecto participaron investigadores franceses que están en Estados-Unidos y en París. En este estudio participaron 20 científicos de 8 nacionalidades distintas. La dimensión multidisciplinaria y multinacional del proyecto enriquece este descubrimiento.

Considero que las colaboraciones científicas internacionales son esenciales para poder concluir o agrandar ciertos proyectos porque permiten tener una visión más amplia y multidisciplinaria de un tema de investigación. También, es una manera de demostrar que no tenemos todo en cada lugar, que hay otras cosas en otros lugares, por eso es importante intercambiar nuestras habilidades. Este tipo de proyecto permite no solo conjuntar las herramientas científicas, sino también potencializar las capacidades de cada lugar.

Lo que también cabe mencionar es que estas colaboraciones internacionales son esenciales para que ciertos proyectos salgan a la luz, ya que los recursos no son los mismos en todos lados, ni tampoco el acceso a ciertas tecnologías de vanguardia.”

 

  • ¿Cómo percibe el potencial de la cooperación entre México y Guadalupe?

“El potencial es enorme, pero por ahora diría yo que no hay mucha colaboración, o en todo caso no ha sido formalizada con base a convenios. El nuevo presidente de la Universidad de las Antillas, electo en febrero de este año, dijo en un comunicado que deseaba fomentar las cooperaciones científicas con América Latina y el Caribe, y estoy muy entusiasmada con esto, ya que considero que existen temas o problemáticas comunes entre México y Guadalupe, por lo que se tendría que fomentar mucho más los intercambios científicos y académicos. Tenemos por ejemplo ecosistemas tropicales como el manglar, los arrecifes de coral y otras problemáticas ambientales comunes, como la del sargazo por citar algunas.

Es una oportunidad para poder generar lazos mucho más fuertes entre universidades mexicanas y la Universidad de las Antillas, que es una universidad francesa, pero de tamaño humano y que tiene herramientas interesantes, así como acceso a subsidios de la Unión Europea. En este sentido, se podría hacer lazos y puentes, que por ahora siento que no existen totalmente. Y el hecho de implementar una red, como la Red de Investigación México-Francia me parece esencial para que esto suceda, porque son lazos que ya están estructurados y que pueden ser puentes para conectar administrativamente.”

Entrevista realizada por Morgane Uzenat el 20 de julio de 2022

[1] El Diplôme d’études approfondies (DEA) es un antiguo título universitario otorgado en Francia entre 1964 y la década de 2000. Actualmente, equivale a un máster 2.

[2] La Universidad de París-Sur o París-XI es una universidad francesa creada en 1971. Desaparece en 2020 en favor de la Universidad de París-Saclay.