La MUFRAMEX ha otorgado fondos al Instituto de las Américas (IdA) para financiar estadías de doctorandos en México. Una comisión ad hoc MUFRAMEX-IdA ha seleccionado a Federico Lifschitz, doctorando de la Escuela de Altos Estudios en Ciencias Sociales (EHESS), cuya tesis versa sobre: “El ambiguo papel de las celebraciones religiosas en la economía de una comunidad purépecha en el siglo XXI: monetización, uachantan y estructuras de parentesco”.

Hablamos con Federico Lifschitz sobre el tema de su tesis y el estudio de campo que está realizando actualmente en México, en una comunidad indígena de Michoacán.

 

  • ¿Cuál es su tema de investigación?

Desde 2017, he estudiado el desarrollo de las celebraciones costumbristas en San Francisco Cherán, una comunidad indígena de Michoacán. Me interesa especialmente el rol que juegan las mujeres. En la antropología mesoamericana, se suele hablar de las fiestas como el corazón de la vida comunitaria, pero al tener lugar en el espacio público, las mujeres son consideradas secundarias. En el transcurso de la investigación que llevé a cabo, me di cuenta de que las mujeres invierten el espacio público siguiendo las reglas tradicionales de la comunidad y que son activas en estas costumbres festivas, que también implican el desarrollo de una economía alternativa a la de mercado.

 

  •  ¿De dónde sacó la idea de estudiar este tema?

Había vivido en México después de haber estudiado en Italia. Yo vivía en otra parte del país y me había enterado de lo que había sucedido en la comunidad de Cherán, que era conocida no solo por sus fiestas sino también por su lucha contra los narcotraficantes en 2011. Esta lucha, iniciada por las mujeres, duró un año y se organizó de una manera bastante particular, utilizando técnicas de organización festiva para ocupar las calles. Así que vine aquí con la intención de entender mejor la política en su forma formal. Sin embargo, cuando llegué, me di cuenta de que una parte importante de la población no estaba necesariamente interesada en las asambleas políticas, sino que estaba más involucrada en redes de intercambios y alianzas en las que las mujeres estaban mucho más presentes. También me interesaron las fiestas porque son un importante vehículo de socialización. Pero inicialmente mi interés se centraba en el estudio de la política local.

 

  • ¿En qué consiste su estudio de campo?

Consiste principalmente en realizar observaciones participantes. He creado una red de conocidos, incluso de amigos, que me invitan a fiestas. También me dirijo a algunas personas cuando sé que van a organizar celebraciones o han sido elegidas como autoridad festiva del mes, momento en el que realizo entrevistas más formales. Sin embargo, siempre intento recoger datos que vayan más allá de las entrevistas formales. En una ocasión incluso me pidieron que organizara una fiesta. También vivo con una familia que forma parte de esta comunidad.

Para acercarme a los participantes de mi estudio, primero me presenté a las autoridades de la comunidad, que me dieron su consentimiento para realizar la investigación en la comunidad y me presentaron a la familia que me acoge actualmente. Al mismo tiempo, empecé a asistir al Consejo de la Juventud, lo que me permitió crear relaciones de amistad no sólo con los miembros del Consejo, sino también con sus familias.

 

  • ¿Esta experiencia le ha enriquecido y, en caso afirmativo, de qué manera?

Esta experiencia me ha permitido convivir con personas que tienen una forma de pensar y de vivir completamente diferente a la mía, por lo que ha ampliado mis horizontes sobre otro tipo de humanidades, en general. También fue enriquecedor desde el punto de vista de las relaciones humanas y los contactos que hice.

Entrevista realizada por Morgane Uzenat el 19 de julio de 2022